Año nuevo y para muchos vida nueva, o por lo menos eso es lo que nos proponemos la mayoría al empezar el año. Por lo general, horas antes o incluso días antes de empezar el año nuevo, hacemos una lista de propósitos, cosas que queremos hacer, mejorar o cambiar durante el año que empieza. Pero lograrlos no siempre es tarea fácil, y no es porque la meta que nos ponemos sea imposible de lograr, sino porque no nos organizamos, no planeamos el como de esa meta. Es por eso que quise escribirles sobre cómo lograr tus propósitos de año nuevo, cuando el objetivo es mejorar tus hábitos de vida saludable.

Como saben este es un tema que me apasiona, porque siento que para mejorar nuestros hábitos, debemos ser muy disciplinados, organizados y planeadores. Para lograr cualquier objetivo es importante ser constante, buscar herramientas que nos permitan lograrlos y enfocarnos en cumplir nuestros objetivos.

Pero, ¿cómo lograrlo?. Como les dije anteriormente, no es tarea fácil. Pero como dicen las mamás y abuelas, “La peor diligencia es la que no se hace”, así que manos a la obra.

1. Escribe todo en una agenda o planeador para que de esta forma puedas visualizar en una especie de “mapa” lo que quieres lograr.
2. A cada objetivo, escribe para qué y cómo piensas lograrlo. ¿Tienes las herramientas?¿Es lograble? ¿Tienes un tiempo limite para lograrlo?
3. Empieza paso a paso para que no tires la toalla. Si empiezas tomando acciones drásticas y radicales, es más fácil que pierdas el hilo y termines abandonando todo. Así que empieza con pequeñas acciones día a día.
4. No te cohibas ni presiones, este también es un detonante para dejar todo. Haz las cosas por convicción y no por obligación. Si un día no puedes ir al gym o comiste un postre, no te castigues ni sientas culpable. Mañana será un nuevo día en el que podrás hacer las cosas mejor.
5. Busca hacer lo que más te gusta, disfrutas y te hace feliz. Por ejemplo, si lo tuyo no es ir al gym, pero quieres empezar a llevar una vida más activa, prueba diferentes tipos de actividad física hasta que encuentres lo que realmente disfrutas hacer. Este consejo aplica para todo, inclusive para la comida. Si lo tuyo no es comer lechuga, busca otra verdura que realmente disfrutes.